El monasterio y la iglesia de San Marcos se mencionan por primera vez en 1312. La elección del patrono resulta inusual para la orden dominica y refleja la influencia de Venecia. El lugar desempeñó una destacada función política y cultural. En la antigua iglesia de tres naves se conservan las sepulturas de familias hvarenses de los siglos XV al XVIII, así como la tumba del compositor local Josip Raffaelli (1767–1843). El monasterio fue clausurado a comienzos del siglo XIX; gran parte de sus estructuras fueron demolidas o transformadas, y el mobiliario litúrgico se conserva hoy en otras parroquias de la isla. El ábside fue transformado en capilla a finales del siglo XIX.