La orden de los ermitaños de San Agustín fundó en 1511 un monasterio junto a la antigua iglesia de San Nicolás, en este mismo lugar. Tras la supresión de la orden por parte del Senado veneciano a finales del siglo XVIII, el conjunto quedó sin comunidad monástica ni inventario litúrgico. En 1849 el lugar fue convertido en cementerio municipal, entonces ubicado en las afueras de la ciudad. Los monumentos funerarios más valiosos se encuentran al sur de la entrada. El santuario de la antigua iglesia de San Nicolás fue transformado en la capilla de la Virgen de los Dolores. La entrada actual al cementerio corresponde a la entrada original de la iglesia agustina. El cementerio fue ampliado en la década de 1960.