La logia de la ciudad servía como refugio, lugar de reunión, espacio para juicios y para otros asuntos tanto privados como públicos. Se construyó en este emplazamiento en el siglo XV, y su aspecto actual se debe a Tripun Bokanić, quien la completó a comienzos del siglo XVII. Sobre los arcos hay relieves de cabezas que, según la tradición local, representan a los líderes de la Revuelta Popular de Hvar (1510–1514), o simbolizan las etapas de la vida humana. Dos leones situados en el muro occidental proceden del antiguo Palacio del Rector, al que también pertenecía la logia. Desde finales del siglo XIX, el espacio fue utilizado como Kursalon, lugar de reuniones de la sociedad que llevaba su mismo nombre.