Aunque hubo intentos anteriores, el monasterio benedictino fue fundado en 1664 en la casa del poeta Hanibal Lucić, cumpliendo la voluntad testamentaria de su prometida Julija. Las primeras monjas llegaron desde la isla de Pag por invitación del obispo hvarense Milani. El monasterio albergó también una escuela para mujeres y, según las fuentes, un refugio para mujeres maltratadas. La iglesia barroca de San Antonio Abad y San Juan Bautista data del siglo XVII. El conjunto conserva una colección de arte sacro y encajes elaborados con hilo de agave, incluidos en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la UNESCO.